Se trata de contar una historia.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

39. Buenos y malos

Las bases para que una explosión nos quite de en medio a todos, ya las están poniendo. Pero ellos quieren salvarse y no aprietan el botón todavía. Las ondas destructivas aún no distinguen, la explosión borraría hasta el mapa. Andan investigando a ver si las dotan de cierta inteligencia, controlada, para que nos eliminen sólo a nosotros, y no a ellos. Pero nosotros, en el fondo, somos más listos, no nos hace falta investigar. Sabemos que la mejor estrategia consiste en borrar algunas diferencias superficiales. Tratar de parecernos un poco desde lejos. Con eso es suficiente. Sabemos que, por mucho que las doten, esas ondas no van a dejar de ser, en el fondo, bastante torpes.
¿O no?
Esa duda de si serán capaces de profundizar, ellos y sus ondas, nos corroe. Por eso, temerosos, nos damos de vez en cuando una vuelta por la base más cercana. Miramos desde fuera el inmenso edificio de hormigón gris. Y la alambrada electrificada que lo rodea. Sobornamos a los guardias. Entramos y nos dirigimos a un departamento determinado. Porque seguro que conocemos a alguien que trabaja dentro, ya sea un ingeniero o un simple obrero. Lo encontramos y le saludamos. Lo llevamos a un rincón discreto y le preguntamos:
- ¿Qué tal las ondas?
- Bien, gracias.
- ¿Igual que siempre o mejor?
Y su respuesta depende de la confianza que le merezcamos. Si es uno de nosotros nos dirá la verdad. Sí es uno de ellos, mentirá, porque quiere salvarse cuando estalle la explosión.
A veces lo conocemos bien, sabemos que sólo trabaja dentro por dinero, y que se justifica haciendo de espía, y nos dice la verdad. O sabemos que sólo quiere salvarse, y lo que dice es mentira, y da igual, porque entonces creemos lo contrario.
Pero a veces no lo conocemos demasiado bien al tipo y, cuando salimos de la base, nos quedamos con la duda.
En ese caso, nosotros, precavidos, seguimos borrando diferencias. No sea que cualquier día nos quiten de en medio con unas ondas más mejoradas de lo que pensamos.

No hay comentarios:

Archivo del blog