Se trata de contar una historia.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

36. Más mitologías

Ayer a mediodía, cuando yo subía por el camino que baja hasta el río, se cruzó conmigo una ninfa que ligera corría. Tras ella venía un fornido sátiro que la perseguía, danzando a grandes saltos, tocando su flauta despreocupado.
- Es cierto - me dije - que la ninfa le lleva una grande ventaja. Pero, ¿qué pasará cuando lleguen al río?
Como soy muy curioso, me senté sobre la verde hierba en actitud de espera. Al cabo de un rato, ni corto ni largo, corriendo ligera, la ninfa volvió, pasó junto a mí y de mí se alejó. Más tuve que esperar el regreso del sátiro, que tornaba cansino, arrastrando las patas por el polvo del camino. Encorvado de espaldas, envejecido, ajado, un poco moribundo y un mucho desanimado, se sentó a mi lado.
- Oh, pobre sátiro - le dije -. ¿Acaso no la alcanzaste?
Y muy colorado, de tan avergonzado, me contestó:
- Oh, sí. Sí que la alcancé.
No dijo más, se levantó y se fue.

No hay comentarios:

Archivo del blog