Un buen ejemplo lo tenemos en el mito de la hija de Agenor. Según las últimas noticias, parece ser que la moza no dispone de aquellas prendas que decían: por lo visto, le falta la mano izquierda, aunque se las arregla muy bien con la derecha. Y no tiene más que un ojo, como el Polifemo, en mitad de la frente, que sólo le sirve para mirar a poniente.
Si lo hubiera sabido el tipo que se disfrazó de toro para intentar beneficiársela.
Encima ella, la embaucadora, se deja querer y lo azuza: coloca guirnaldas en su frente, ofrécele hierbas floridas, acaricia dulcemente con su blanca mano su cuello. Y al fin se atreve a sentarse sobre sus espaldas.
Sí, se casaron. ¿Pero quién raptó a quién?
La tía sigue mirando a poniente. Algunos sospechan que de ahí venga el significado actual de la palabra: que no quería quitárselos a ese buey que hace poco tanta admiración le causaba, por su porte atractivo, su gracia y su tierno mugido. Que no quería quitárselos: por eso sigue mirando a poniente.
El tipo, del que ya se sabe que no es ni Júpiter ni nada, tampoco parece que piense en el divorcio. Como es católico. Y tal como se le ve de cansino, arrastrando las patas por el polvo del camino, si sigue así, del toro no va a quedar ni la piel.
Si lo hubiera sabido el tipo que se disfrazó de toro para intentar beneficiársela.
Encima ella, la embaucadora, se deja querer y lo azuza: coloca guirnaldas en su frente, ofrécele hierbas floridas, acaricia dulcemente con su blanca mano su cuello. Y al fin se atreve a sentarse sobre sus espaldas.
Sí, se casaron. ¿Pero quién raptó a quién?
La tía sigue mirando a poniente. Algunos sospechan que de ahí venga el significado actual de la palabra: que no quería quitárselos a ese buey que hace poco tanta admiración le causaba, por su porte atractivo, su gracia y su tierno mugido. Que no quería quitárselos: por eso sigue mirando a poniente.
El tipo, del que ya se sabe que no es ni Júpiter ni nada, tampoco parece que piense en el divorcio. Como es católico. Y tal como se le ve de cansino, arrastrando las patas por el polvo del camino, si sigue así, del toro no va a quedar ni la piel.
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