Se trata de contar una historia.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

21. El anacoreta

Este desierto es de verdad la cosa mejor del mundo, y vivir aquí es ciertamente maravilloso. Porque, como sucede en todo desierto que se precie, no hay ni una gota de agua, y por tanto nunca le entra a uno sed. Tampoco hay comida, claro, y por eso nunca se siente hambre. No se ve dinero por ninguna parte, no hay bancos, ni tiendas con productos para comprar, así que tampoco se producen los pobres correspondientes. No hay casas, por lo que puedes vivir al aire libre, tan ricamente. Ninguna autopista que haga necesarios los automóviles. No ocurren accidentes. Nunca hubo médico que curase enfermedades inexistentes. Por la noche, aunque baja mucho la temperatura, nadie lo nota, ya que no tenemos termómetros aquí. Yo, como no tengo mantas para abrigarme, nunca siento frío, ni el terrible calor del día me afecta, pues carezco de aire acondicionado. Afortunadamente, tampoco pasan mujeres que despierten instintos deshonestos. Me aburriría mucho leer, ahora que no tengo libros. Y no soporto la música sin tocadiscos. Nunca me invade el tedio, porque aquí no hay nada con que distraerse. Ni la nostalgia me invade, ni vivo de recuerdos. Y que nadie crea que me siento solo. Aquí no hay nadie.

No hay comentarios:

Archivo del blog