Se trata de contar una historia.

jueves, 6 de noviembre de 2008

15. Saeta

«Me recorrí todas las iglesias y conventos para ver si había unas andas para procesionar al Cristo y encontramos, en las torres de la Clerecía, unas andas y en otro sitio nos dejaron una peana. Las flores tuvimos que esperar a que la procesión anterior se metiera en la iglesia y con un cubo le quitamos las flores al paso para ponérselas al nuestro. No teníamos ni un duro, los palos se movían para adelante y para atrás, no había almohadilla...».
Tardaron más de una hora en cruzar el Puente Romano.
Esta Hermandad fue la primera y la única que cruzó el Barrio Chino, donde las prostitutas se arrodillaban y lloraban al paso del Cristo, «porque era marginal y había que romper. Meter al Cristo en el Barrio Chino.». Antes de entrar se les rompió la batería que daba luz a la imagen. «Justo fue dejar la calle Compañía y entrar en la callecita que estaba llena de baches, que casi cabía uno dentro, y en un movimiento raro por los socavones de la calzada hace que el Cristo se ilumine. Justo al entrar en el Barrio Chino.».
Tras esta Semana Santa se forma la primera Junta Directiva y Chanquete es nombrado Secretario y Hermano Mayor de Paso. Es en este momento cuando se le viene a la cabeza la idea de que las mujeres pueden participar en las hermandades. «La Iglesia puso tan sólo una condición, que teníamos que variar nuestro itinerario, no era lógico que unas cristianas, católicas y decentísimas mujeres participen en una Hermandad que pasa por el Barrio Chino. Fue el precio que tuvimos que pagar.».
Pero donde se hace la ley se hace la trampa y años más tarde organizaron una Hermandad filial llamada del Cristo de la Liberación; Chanquete nos dice «que es un montaje muy bueno, muy analizado, muy estudiado y casualmente pasa por lo que era el Barrio Chino.». Sonríe maliciosamente. Esta Hermandad filial tiene unas características muy definidas como es que las mujeres llevan el traje de viuda de La Alberca y los hombres capucha, al contrario que la Hermandad principal en la que los hombres llevan la cabeza descubierta.
La Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz, vive la Semana Santa rompiendo algunas tradiciones «revolucionando un poco todo, la cabeza descubierta, llevando faroles con luz, huyendo de las horteradas que se habían implantado como la velita eléctrica que es un horror y un monumento al mal gusto. Nosotros recuperamos las esencias.».

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